Aprender de los detalles del
negocio para detonar su potencial
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La Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, va a salir mal”
Ley empírica (conocimiento basado en experiencias) muy conocida por su planeamiento pesimista, en la que se reconoce que cualquier sistema que se diseñe u organice, dada la suficiente cantidad de tiempo ésta lleva al desorden (entropía). Sin embargo, esta ley debe considerarse desde una perspectiva preventiva, en la que se pueden tomar precauciones ante futuros desastres o fallas. Todo proceso que opere en una organización puede diseñarse con alguna probabilidad que se pudieran conjugar elementos cuya combinación lleven al desorden del propio proceso. Y si se aplican altos volúmenes o economías de escala, la posibilidad de fallas se incrementa; es decir, existen la suficiente cantidad de interacciones en el proceso para que aparezca aquella combinación fatal que hará aparezca la falla. La ley de Murphy debe llevar a considerar o por lo menos a inspirar al tema de administración o gestión de riesgos, la cual se basa en identificar o evaluar los riesgos potenciales y decidir cómo manejarlos con la combinación óptima de costo-efectividad. Es decir, aceptar que no será posible cubrir todas las fallas posibles, y se deberá evaluar la manera de cómo se afrontarán las consecuencias o impactos (generalmente financieros) debido a las fallas presentadas. El no considerar la gestión de riesgos puede provocar que entre en acción otra ley relacionada a la de Murphy, la Ley de Fineagle: “Si algo puede salir mal, irá mal en el peor momento posible”, es decir, las consecuencias rebasarán la capacidad de respuesta de la organización. La Ley de Murphy debe ocupar relevancia al momento de diseñar procesos, por lo menos el aplicar las herramientas que son estándar en el sector en el que participe la empresa. Como regla general, se debe evitar el depender directamente de las personas como es su memoria o destreza para que fluya adecuadamente el proceso, ya que la Ley de Murphy inevitablemente cobrará vida: “si una persona puede cometer un error, lo hará con toda seguridad”. Aunque podría también aparecer la Extensión de la Ley de Murphy: “Si una serie de sucesos puede salir mal, saldrán en la peor secuencia posible”. Si no se realiza un plan de acción para corregir la situación, cobrará vida el Corolario de Farnsdick: “Después de que las cosas han ido de mal en peor, el ciclo se repetirá”. Y si el contexto es de alta presión, estrés o al límite de tiempo de cierre o compromiso, entonces emergerá la Ley de Murphy de la Termodinámica: “Todo empeora a elevadas presiones”. Y, por último, aplicará la Constante de Murphy: “La materia se daña en proporción directa a su valor”, es decir los daños o consecuencias aparecerán en las partes del proceso más costosas. Como recordatorio, les presento algunas frases y ejemplos aplicados a la Ley de Murphy:
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En estos momentos estamos pasando en México lo que se considera la Fase 4 de la pandemia, esta se refiere como de Transmisión Sostenida. Esta es aquella en la cual se registra una segunda ola de contagio; es decir, cuando se producen casos de transmisión comunitaria sostenida. En este caso, las autoridades sanitarias deben garantizar a la ciudadanía el manejo oportuno de la emergencia y garantizar los recursos, aunque en muchos medios aun informan falta de capacidad o mejor dicho saturación en la que se ha evitado atender debidamente a la población que se ha contagiado.
También lo anterior significa que irremediablemente casi todos terminaremos contagiándonos en distintos momentos de tiempo. Si se acepta lo anterior se debe asumir también que peligran en las empresas tanto los puestos de trabajo como las personas, que se pueden contagiar y ser baja. Por ello se requiere establecer un plan de sucesión en caso de que algún puesto o alguna persona sea baja. En el corto plazo, se solucionan las vacantes que de manera temporal vayan apareciendo; en el largo plazo, en especial en puestos o funciones clave, el contar con un suplente facilita la administración de vacaciones y elimina la sensación de indispensabilidad. Para lograr el plan de sucesión de puestos:
También se deben desarrollar protocolos claros de flujo de trabajo para contrarrestar los déficits de personal. En caso de bajas de personas que no podrán retornar por el motivo que sea, se debe considerar que la oferta será muy limitada, el tema de contratar a personas de otras localidades y que puedan trabajar de manera remota se debe ver como una oportunidad. La operación de la empresa es una de las últimas cosas que se pueden perder. Es importante revisar los sistemas y la información, de forma que se tengan copias de seguridad y respaldos, así como las llaves de acceso a ellos. Recuerda que el mismo empresario podría ser una baja. En estos momentos es la oportunidad de prevenir cualquier imprevisto que pueda entorpecer el flujo de trabajo, en especial en aquellos puestos clave ya sea por el proceso de toma de decisiones o la pérdida temporal o permanente de personas expertas. Mas vale prevenir que lamentar. Aun no se ha visualizado en su totalidad el impacto que tendrá en nuestra sociedad las consecuencias de las acciones tomadas tanto por el sector gubernamental, empresarial y social con respecto a las distintas restricciones de distanciamiento social; podrían ser tema de investigación social y económica sus efectos. Para comprender mi aseveración, el golpe fue a nivel sistémico, es decir tocó ámbitos no sólo económicos y sociales, sino culturales. Los nuevos hábitos formados durante la etapa de la contingencia cambiarán en muchas dimensiones como nos relacionaremos, trabajaremos y comercialicemos.
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Sergio OteroSoy consultor, emprendedor, profe y cinéfilo, y además FPS Gamer Archives
April 2020
CategoriesSergio Otero Flores
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